En este artículo quiero señalar la importancia y la
influencia que tiene para el desarrollo
de las economías regionales la cercanía de un puerto a la zona de producción.
Es importante destacar cuan necesario es para el país
un buena política portuaria, ya que alrededor de un puerto se encuentran
múltiples fuentes de producción que hacen al progreso de todos. La mejor manera
de entender una necesidad es conocer la historia de los acontecimientos que determina la misma.
Por eso es válido conocer como ha evolucionado nuestra
estación marítima en lo referente a cargas generales desde los años 40
a los años 70 y cuales fueron los resultados de esa
evolución.
En la década del cuarenta, los ingleses ven al puerto
de Bahía Blanca como la gran salida exportadora de los productos del sur
Argentino, en especial peras y manzanas del alto valle de Río Negro y Neuquén.
A tal fin instalan una gran infraestructura, que
comprendía plantas de empaque, frigoríficos etc. Y para tener el monopolio de
las exportaciones, instalaron una extensa red ferroviaria que unía la zona
productora con el puerto de de Ing. White, cuyo único acceso se lograba por
tren (Muelle de Hierro). Con posterioridad construyeron el frigorífico Gral:
San Martin en la localidad de Villa Rosas, ubicada en las cercanías del puerto,
para tener una reserva de almacenaje que asegure una eficiente y rápida carga
de los buques.
En la década del cincuenta, como consecuencia de una
ineficiente política portuaria, el puerto se transforma en sucio y caro con
largas estadías y demoras en la carga de los buques, lo que genera ociosidad,
con la consecuente desocupación. Sin embargo algunos empresarios se interesan
en su reactivación porque saben que gran parte del futuro económico de la
región depende de la operativa portuaria. Debido a ese interés se construyen
dos frigoríficos sobre muelle: Enfripez y Vallemar.
En el año 1965 aparecen los primeros indicios de
reactivación, la empresa Naviera Trademar, como consecuencia del abarrotamiento
del puerto de Buenos Aires pone los ojos en el inactivo puerto de Bahía Blanca
y decide hacer un embarque piloto. En febrero de ese año atraca en el sitio 18
del muelle de cargas generales la nave
“Marrakech” para transportar 87.000
cajones de fruta con desatino a Holanda. La carga se prepara y almacena en el
frigorífico Gral. San Martín, ubicado en Villa Rosas a escasos kilómetros del puerto.
Con el apoyo de las autoridades portuarias locales, la
cooperativa Obrera Portuaria (COPEL)
toma la estiba del buque y con el aporte de la voluntad de trabajo de los
estibadores se consigue realizar la carga en tiempo record para esa época.
Esta operación recogió comentarios elogiosos en los
círculos comerciales europeos por la excelente calidad y conservación de la
mercadería.
Este operativo hizo que armadores e importadores
extranjeros se interesaran en nuestra estación marítima.
Este éxito no trajo aparejado la continuidad de un
flujo exportador sino solamente varios embarques esporádicos. El impedimento
al crecimiento operativo del puerto se
debió a la influencia negativa de los intereses de las grandes empresas
capitalinas que querían mantener y controlar la comercialización de los
productos por Buenos Aires.
La indiferencia tanto de las autoridades como el
sector gremial empresario bahiense, facilitaron el estancamiento del movimiento
exportador por nuestro puerto. Sin embargo los productores de Río Negro vieron
con claridad meridiana las ventajas y la importancia de canalizar las
exportaciones de su producción de peras y manzanas en forma continua y efectiva
por el puerto de Bahía Blanca.
Los motivos de ese interés fueron dados: por el
tremendo ahorro en concepto de flete terrestre, al acortar la distancia en 700 kilómetros , por
la mejor calidad y conservación de los productos al ser estos más rápidamente embarcados y lo que es
más importante, por la posibilidad de controlar su comercialización.
Con ese fin se realizaron en el Hotel Austral las
“Jornadas de Exportación Frutícola”, en las cuales participaron productores,
exportadores, agentes marítimos, armadores, empresas de estibajes, frigoríficos
y transportistas. El objetivo fue poner en marcha la reactivación de cargas
generales por nuestro puerto, el desafío era difícil, los empresarios porteños
ven al puerto de Bahía Blanca como un tremendo adversario que podía hacer peligrar sus suculentos negocios y en el caso de los frigoríficos perder el monopolio del almacenaje de las
frutas. A pesar de ello se consigue la
primera lista de vapores, lográndose en el año 1967 una exportación que supera
el millón y medio de cajones de frutas.
Durante los siguientes años con la experiencia
adquirida, el obrero portuario se capacita y los servicios se perfeccionan llegándose
a exportar durante una temporada ocho millones de cajones de peras y manzanas
incluyendo uvas procedentes de Mendoza. Los rendimientos de estiba fueron muy
superiores a los del Puerto de Buenos Aires.
El puerto de
Bahía Blanca por su excelente operatibilidad se transforma en limpio y rentable.
Se construyen frigoríficos sobre muelle que ocupan una
superficie de 23.000 metros
cuadrados , con una capacidad para almacenar un millón de
cajones de fruta, un edificio con 40 oficinas, galpones, playa para camiones, se
instalan líneas telefónicas y se transforma un puerto rudimentario en una
ciudad portuaria.
A partir del año 1976 empieza un desarrollo importante
de la actividad pesquera en el sur argentino y algunas empresas armadoras
pesqueras optaron por el complejo portuario de Bahía Blanca. Los frigoríficos
adecuan sus cámaras, llegando a una capacidad de 15.000 toneladas para la
conservación de pescado, se afican obreros especializados y se modernizan los
talleres navales. El ingreso de los pesqueros se concreta en julio del año 1977
con el arribo de 21 embarcaciones. A partir de ese año se genera un fuerte
flujo exportador de cargas generales por nuestro puerto, llegando a la cifra
record de más de 250.000 toneladas entre
pescado y frutas que produjeron más de 150.000 jornales para los trabajadores
portuarios.
Así se llega a una actividad portuaria plena, con frigoríficos y muelles
permanentemente ocupados, se trabaja intensamente contando con un plantel de
expertos obreros y llegan más de 300 barcos frigoríficos por año.
Este movimiento portuario con seis buques atracados
necesitaba más de 500 hombres trabajando por día y un movimiento de 250
camiones diarios.
Esa actividad produjo una floreciente economía y un
movimiento comercial sumamente importante para la ciudad creando nuevas fuentes
de trabajo y posibilitó al productor de la región colocar sus productos en
mejores condiciones por tener la oferta de bodega cercana a su zona de producción.
Con la implementación de los reembolsos patagónicos se
perdió el flujo exportador de fruta y pescado por el puerto de Ing. White, con la consecuente desocupación y la
paralización del movimiento frigorífico que ocasionó el cierre de los mismos..
Lamentablemente los representantes gubernamentales y
legisladores de nuestra región permitieron la pérdida de esas exportaciones que
emigraron hacia la Patagonia ,
sin buscar soluciones alternativas para recuperar ese movimiento portuario que
nos hubiera permitido mantener las importantes fuentes de trabajo.
Esperemos que la construcción del muelle multipropósito y la
inauguración de la Zona Franca
produzcan nuevamente la actividad portuaria
que anhelamos, aunque por ahora de ninguna manera se puede equiparar con las fuentes de trabajo y
económicas que aportó el movimiento exportador de frutas y pescado de la década
del 70
Los viejos hombres del puerto miran sentados hacia el
mar pensando que todo tiempo pasado fue mejor.
Un puerto trabajando a pleno significa progreso y
bienestar para la ciudad y su gente,
Muelle Multipropósito sitio 21, un despropósito, una inversión millonaria por un movimiento de entradas y salidas de portacontenedores que no justifican la inversión, si no se modifica la política de comercio internacional. Hay convertir el lugar de cargas generales del puerto de Bahía Blanca, donde estaban ubicados 4 frigoríficos, hoy desaparecidos, en una terminal de contenedores para todo el país, a los efectos de descomprimir el puerto de Buenos Aires y atraer a las empresas navieras a operar por el puerto de bahía blanca, para conseguir mayor oferta y continua de bodegas a precios competitivos.
ResponderEliminarComo ejemplo según las estadísticas del Consorcio del Puerto:
Este año en el sitio 21, periodo Enero- Julio, operaron 27 buques portacontenedores y solamente se descargaron 34 de 20” y 16 de 40” lo que representa 962 toneladas de importación. En exportación se cargaron 526 de 20” y 7299 de 40” equivalente a 103.217 toneladas. Esto representa que el movimiento de importación no llega al 1%
“Conclusión es difícil conseguir ofertas de bodegas cuando hay una diferencia entre la carga que traen los buques a la que tienen que llevar”
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